Mientras continúe el ciclo de crimen y castigo, UPMI continuará esparciendo las semillas de la verdad, y en el camino surgirán nuevas vidas, libres en Cristo y fortaleciéndose cada día en Su Santa Palabra.
Al capacitar a los presos para enseñar y compartir lo que han aprendido de los estudios bíblicos de la UPMI, se plantan semillas que continuarán creciendo mucho después de que el preso haya sido liberado. Los presos reformados se convierten en personas influyentes las 24 horas del día para el cambio, enseñando a sus compañeros presos a convertirse en mejores ciudadanos, no mejores criminales.